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domingo, 9 de mayo de 2010

TUNEL DEL CARPO

Los problemas causados por la compresión de un nervio en la mano se reconocen cada vez con mayor frecuencia. Síntomas como dolor en la mano, ardor, calor, presión, adormecimiento, sensación de corrientazo, y pérdida progresiva de la fuerza en la mano, la muñeca o el brazo, nos están sugiriendo la presencia de un Síndrome del Túnel del Carpo. Este término describe un grupo de síntomas asociados a la compresión del Nervio Mediano en la muñeca siendo éste el lugar de diagnóstico más frecuente.


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El Síndrome del Túnel del Carpo afecta principalmente a personas entre la cuarta y la sexta década de la vida y predomina en mujeres, usualmente afectando inicialmente la mano dominante. Aquellas personas con condiciones como Artritis Reumatoide, Diabetes Mellitus, Hipotiroidismo, y Embarazo, tienen mayor riesgo de adquirir el Síndrome del Túnel del Carpo, aunque existen otros factores relacionados con su aparición como la Obesidad y el Factor Ocupacional. Este último grupo típicamente corresponde a trabajadores industriales, que desarrollan síntomas en relación a movimientos repetitivos durante el trabajo.

El grado de la compresión sobre el Nervio Mediano induce síntomas variables que van desde el dolor y/o adormecimiento diurno o nocturno de los dedos pulgar, índice y medio de la mano (parestesias), hasta la debilidad de la mano. En ocasiones esta compresión se asocia a compresión en otro nivel como la columna cervical. La presión en el Túnel del Carpo también varía en los diferentes arcos de movilidad, siendo menor cuando la muñeca esta en posición neutra y mayor en flexión o extensión.

Durante el exámen físico se realiza una completa exploración sensitiva y motora bilateral de las extremidades superiores identificando todos los posibles sitios de compresión del nervio. Se llevan a cabo pruebas de provocación como la percusión (signo de Tinel) que será positiva si hay irradiación del dolor, la flexión o extensión de la muñeca durante un minuto que genere adormecimiento de los dedos (signo de Phalen) y la reproducción de síntomas con la compresión directa sobre el Túnel del Carpo (signo de Durkan). Otras pruebas evalúan el umbral de presión en la piel (Semmes-Weinstein), el umbral de vibración y la discriminación de dos puntos.

Los apoyos diagnósticos no deben reemplazar la exploración clínica ya que estos presentan grandes limitaciones. Por ello, el tratamiento no debe realizarse exclusivamente basado en sus resultados. La electro miografía y los estudios de conducción se utilizan para evaluar nervios motores sensitivos o mixtos. En estadíos tempranos de compresión, estos estudios son en su mayoría normales, ya que se asocian con cambios iniciales en la vascularización del nervio. A medida que la compresión aumenta hay mayor compromiso sobre la envoltura del nervio (desmielinización), y la velocidad de la conducción nerviosa a través del lugar de la compresión disminuye. La pérdida suele aparecer hasta períodos avanzados. Estos estudios son útiles, para confirmar la presencia del Síndrome del Túnel del Carpo y descartar otro tipo de problemas asociados.

El tratamiento no quirúrgico está recomendado en estadíos iniciales para disminuir los síntomas. El uso de férulas durante la noche disminuye la presión sobre el nervio y son más efectivas en posición neutra. El uso de medicamentos antinflamatorios y el consumo de vitamina B6 son controversiales. Los ejercicios de estiramiento, deslizamiento del nervio y las modificaciones ergonómicas están indicados durante el trabajo. Las inyecciones con esteroides no son útiles en presencia de atrofia, duración prolongada, o naturaleza progresiva de la compresión y se han reportado complicaciones por lo que no están indicadas en forma rutinaria.

El tratamiento quirúrgico esta indicado cuando no hay mejoría con métodos conservadores y en pacientes con factores predictivos de mal pronóstico. La técnica abierta de descompresión sigue siendo segura. Esta permite la exploración completa del nervio y sus ramas. Los resultados a largo plazo son variables a dependiendo del grado de la compresión.

La técnica endoscópica tiene como ventajas, menor dolor postoperatorio, menor cicatriz, recuperación más rápida de la pinza y de la fuerza, así como retorno al trabajo y a las actividades cotidianas en menor tiempo. A largo plazo las técnicas son equivalentes y los resultados son consistentemente satisfactorios ya que la cirugía alivia el dolor y elimina o disminuye los síntomas. Se evita también, el daño progresivo del Nervio Mediano. Los beneficios de la cirugía, cualquiera que sea la técnica acordada por el cirujano y su paciente superan generalmente los riesgos, y por ello es ampliamente recomendada.

Los cuidados postoperatorios se inician con la colocación de un vendaje blando que se cambia al segundo o tercer día. Los ejercicios de movilización de la mano se inician al segundo día, el retiro de puntos entre los 12 a 14 días. Una férula nocturna se indica durante tres semanas. Las recomendaciones para el retorno al trabajo incluyen, cargas menores a un kilogramo durante un mes, y actividad sin restricciones entre 6 a 8 semanas después de la cirugía. Los ejercicios de fuerza se inician en el segundo mes postoperatorio.

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